El propósito de este capítulo es reunir elementos con relación al título del libro. Si bien se han desgranado conceptos y apreciaciones en las páginas anteriores, intentamos una síntesis y recapitulación sobre la psicología de la mujer del militar, más allá de mi caso particular.
Quiero resumir ciertos aspectos de las características de personalidad de estas mujeres, inquietudes que surgieron en el ejercicio de mi carrera profesional. Y de mis vivencias, que a medida que los episodios me afectaban, se iban internalizando.
En la bibliografía de Psicología, las referencias más amplias son para militares tristemente famosos, y hablan de: sociópatas, manías sin delirio, demencia moral, criminalidad nata, complejos de inferioridad, etc. Si bien estos conceptos que he recopilado parecen extremos, los vimos a través del recorrido como patologías predispuestas graves en personas con poder y acción.
Como salvedad menciono a estos rasgos necesarios y de inmediatez en ejecutivos, cirujanos y políticos. Son capacidades que reguladas dan decisión rápida, comprensión de situación, y una acción útil y veloz. Vale diferenciar.
* * *
Hago referencias breves a las patologías que me toco compartir, coincidentemente con ciertos militares tristemente célebres. Son rasgos de esa personalidad:
* A la distancia resumo síntomas envolventes como respuestas claras con inmediatez.
* Ansiedad marcada sin capacidad de espera.
* Ausencia del sentimiento de culpa, sin registro del daño ocasionado.
* Escala de valores y reglas ausentes.
* No reconocer al otro como tal, las personas pasan a ser objetos.
* Mundo de expiación mística.
* Falta de elasticidad en el razonamiento. Desarticulación entre el pensamiento lógico y el racional.
* Arrogancia y descalificación imponiendo pautas propias en la relación.
* La no aceptación que provocan las reacciones del medio.
* Creer que es el mundo el que tiene que cambiar.
* Mecanismos de defensas expuestos a la proyección, negación, etc.
* Los vínculos que se establecen son como cosas, mantenidas cuando
sirven.
* Pobre capacidad de amor salvo con un fin premeditado.
Aquí arrancamos un somero análisis del perfil de la mujer del militar, a partir de mi experiencia (veintitantos años); y de lo reseñado en los párrafos anteriores que marcan bien a las claras las dificultades “básicas” que algunas esposas han de sufrir. Resalto la época histórica que me tocó vivir, pues en las últimas dos décadas las relaciones entre la sociedad y los militares ha cambiado, se va modernizando, y muestra modificaciones, por ende, en parte de lo aquí expuesto.
La mujer del militar atraviesa como presencia existencial, grandes dificultades. A veces difíciles de sobrellevar, otras no. Las diversas geografías recorridas, enriquecen sin dudas la cultura de la pareja militar. Cerros, ríos, vientos, montañas con picos y nieve aportan una pincelada especial a la historia individual en cada lugar. Por ejemplo Salta, con su héroe gaucho que defendió sus fronteras. Un Güemes aguerrido, como no hubo otro igual, ofrece un clima de valle con cerros y montanas difíciles de olvidar. De mujeres valerosas, artesanas en la casa, segura de su familia y al servicio de la sociedad. Su caudillo defendió los ideales de libertad y justicia dando a la mujer un lugar primordial de características aguerridas pero plenas de serenidad. Mujeres dispuestas al sacrificio, al renunciamiento y a la confrontación colonial. Católicas desde siempre, marcan el perfil de un pueblo de una fe vertical. El casamiento de las jovencitas con militares llegados fue desde siempre un signo de ascenso social. Son aspectos que marcan perfil psicológico. Mujeres seducidas por el poder, la energía y la caballerosidad.
En Jujuy, pueblo religioso, con reminiscencias indígenas que hablan de hermandad. Sus mujeres son parte de la historia. Ser mujer de militar les abre las puertas a su yo social. Aguerridas y dispuestas siempre a luchar. Seduce a las mujeres del militar la imagen elegante y estoica que muestra el uniforme, los buenos modales, una vasta cultura y un señorío digno de admirar. Es para muchas de ellas un sinónimo de poderío y seguridad.
Los viajes largos, el turismo impuesto, las fotos, las joyas familiares, los cristales, las porcelanas, los tés, las alfombras son testimoniales lícitos de tal elección. Lucir joyas heredadas dan estirpes y elegancia, está siempre presente la pulsera con medallas de oro, recuerdos de viajes y destinos del militar. Trajes largos, fiestas suntuosas para aniversarios y presentación de autoridades, también políticos, y hasta algún obispo que bendice armas, pero bautiza los hijos de militares en cada lugar.
De cunas religiosas, se refugian en la Fe, regresando a un estadío casi primitivo, en el que el hombre se siente niño y busca en Dios a un Padre capaz de proteger y por naturaleza controlar. La religión hasta el misticismo, es una psicosis colectiva aceptada por la sociedad, siendo un escalón intermedio hacia la moralidad. Mujeres con caracteres influenciables por el medio -otras no tanto- donde la acción del ambiente resulta una posibilidad de precipitar experiencias impensadas. Esta psicología diferente hace posible la formación a partir de los diversos caracteres de personalidades que responden lo mejor posible a las exigencias del entorno.
La historia les exige -por ser una elegida- tener conducta patriótica, condición única que se sabrá apreciar. Solidarias, dispuestas al renunciamiento, se unen al prójimo en un acto de disponibilidad, como respuesta en muchos casos a una actitud social y cultural que deben conservar.
En una de sus versiones, aman desde jóvenes, diría que acompañan al militar desde el Colegio. Son las elegidas, que por su larga espera y devoción, se aseguran casar. Dispuestas a todo ya tienen un lugar de privilegio y de hermandad, van hacia delante al estilo Cabral. Son románticas y hasta ingenuas, se adaptan a cualquier terreno, son como tanques alemanes dispuestas a arrasar. Pertenecer a la familia, -casi una casta-,
nos señala las características psicológicas diferentes al resto, a las demás mujeres.
La prolongación como un brazo de la profesión del marido, produce un estrechamiento del espacio vivencial, siendo el cuño de una nueva personalidad. Por ejemplo el desarraigo permanente, que son desprendimientos afectivos continuos del hábitat. Hay vacíos por las pérdidas que esto implica y lo perciben como natural.
Conocen la bendición de tener hijos, muchas veces numerosos que la aferran al sentido de familia que toda mujer sueña concretar, es para muchas un sello de seguridad familiar pese a que en la guerra pasada, ese milagro maternal fue exponerse a arrebatos y maltrato total-. Pero hay algo en común: guerrilleras o esposas de militar muchas veces parieron en soledad.
¿El renunciamiento a una identidad propia a cambio del status y la comodidad es realizado para seguir a su amor?
Silenciar las opiniones propias es obligatorio (real), pone en juego al militar. Las discusiones comunes en los matrimonios, ¿tienen otras características con el esposo militar?
Limitan su conciencia para no pensar. Son cómplices en ciertas etapas de nuestra historia por temor e ignorancia.
Carecen de ideología propia con deformación de la realidad . “El sí querido” o el “Buby tiene razón” marca claramente el sometimiento, que es ya un síntoma.
Reciben las enseñanzas que son mandatos, con “siempre hay que nivelar para arriba”, que la “obediencia” es en este caso una virtud, no es sumisión y tampoco humillación.
Estar al tanto de mucho y saber callar es la consigna que todas cumplen en pos de libertad.
Los silencios en los tratos son abusivos, quizás un modelo de violencia fruto de la formación, que debe soportar.
La sangre -por diversos motivos- es una constante que conocen todas, ya sea por embarazos perdidos, suicidios o por balas que se algún ejercicio de tiro, o en ataques. Pero está.
La mujer del militar se identifica con el marido como es lógico. ¿Lo cual la lleva a compartir los criterios sobre la muerte de las personas, la desaparicion de.., o la prisión o encarcelamiento? ¿Cuales son las características de esa identificación.?
La muerte es una convivencia conocida en muchas facetas, está en la familia, en los Carrascos, en la enfermedad, en los ataques bélicos. Los suicidios están siempre presentes como una posibilidad.
Sobre la anterior, en mi caso busqué la salida mediante la negación. ¿Es obligatorio que las mujeres nieguen para contemporizar con ellos?
La postergación e infidelidades son disimuladas para guardar su (del esposo) lugar en la institución. La aceptación de códigos castrenses es sinónimo de castración de ambos, donde está presente la obediencia y la humillación.
Como cualquier mujer, padecen shocks pos-traumáticos ante hechos relevantes. Con la diferencia que en oportunidades los médicos de las Unidades suelen atender a las esposas de los militares. Ante afecciones o agresiones familiares, se requiere su intervención en primera instancia.
Pero esto es extensivo a la Justicia Militar, que suele operar antes que la justicia en lo Civil, sin defender a las esposas de abusos o arbitrariedades.
* * *
Como se desprende de los párrafos anteriores, a la pregunta de si la mujer de un militar posee un perfil psicológico particular, la respuesta es afirmativa. Hemos recorrido algunas de estas características.
Por mi parte como ex mujer de un militar, hoy veo que se expresan más. Ellas comienzan a analizar. Se intenta un protagonismo diferente al que aquí expongo.
Pero hay vestigios aún hoy de existencias similares o con resabios de lo vivido en la época del proceso. Tomo dos casos del último año:
* Una docente fue condicionada a renunciar por poner una nota baja a la hija de un militar....
* Una adulta joven cambió su apellido como protesta -hija de un Comisario de la represión- en un acto de lealtad moral.
Esto último marca que es aún difícil hacer uso de una de las libertades humanas, la elección de la actitud personal, decidiendo un camino propio, el de SER